Descripción
El dióxido de carbono (CO2) se ha utilizado durante
décadas como agente de protección contra incendios
en áreas e instalaciones donde la supresión a base
de agua no es factible. Además de las múltiples
opciones de almacenamiento y aplicación, es uno de
los agentes de protección contra incendios gaseosos
más fácilmente disponibles en la actualidad.